Contra la creencia popular, no porque el tomate esté seco pierde sus propiedades, sino más bien al contrario: Estas propiedades se ven fortalecidas al mezclarlo con el “oro líquido”, el aceite de oliva virgen extra. Como en otros productos, secar los tomates es una costumbre que viene desde muy antiguo, siendo una forma de conservación natural para poder conservar unos productos que, de otra manera, se hubieran echado a perder.
Este producto es tan exquisito por la mezcla de tres ingredientes maravillosos:
Tomates del terreno, un exquisito aceite de oliva virgen extra y una mezcla especial de hierbas de la sierra de Mariola con la que se le consigue dar un sabor único y muy original.
Acepta todo tipo de preparaciones, pudiendo consumirse: frito, asado, mezclado en una ensalada o acompañado con cualquier tipo de embutido y queso fresco.
En este producto destacan tanto el tiempo de secado como el adobo para que esté a punto de comer con sólo abrir el tarro.